Para aquellas novias que quieran poner una nota de color en su look pero sin arriesgar demasiado ni caer en la extravagancia, traemos una propuesta muy interesante para el día de su boda: cambiar los típicos zapatos en tonos blancos o similares por zapatos de colores.

Una forma de dar un toque personal y original al típico look blanco total que suele caracterizar a la mayoría de las novias y una forma de salirse un poco de lo clásico y habitual.

En general con los vestidos largos los zapatos no se suelen ver, pasan desapercibidos, pero si se les añade un toque de color van a adquirir más protagonismo.

La elección del color ya es algo muy personal, depende de la personalidad y el estilo de cada una, de colores favoritos, colores con significado o que sean alguna seña de identidad de esa novia.

Para aquellas novias que no se quieran arriesgar demasiado lo aconsejable son colores claritos en tonos nude, dorados o platas, que además aportan mucha elegancia y distinción.

Y para aquellas novias más atrevidas y a las que las gusta más arriesgar cualquier color es bueno, existe una inmensa gama de colores llamativos, alegres y desenfadados.

Hay muchas combinaciones, y por qué no, también aparte de los zapatos se puede añadir algún otro detalle o complemento en el vestido, de un color o tonalidad a juego con el zapato elegido.

Unos zapatos a juego con el ramo de novia es otra opción que queda muy bonita, elegante y vistosa.

Y para aquellas que crean en las tradiciones y simbolos nupciales, una buena manera de introducir “el llevar algo azul”, es elegir unos zapatos de este color.

Y por último, una de las grandes ventajas de elegir un zapato de color el día de la boda, es que se pueden volver a utilizar para cualquier otro evento.