Hay parejas que desean que su boda sea lo más íntima posible, y no hay boda más íntima que celebrar una solo de dos, sin nadie más, solo ellos dos.

Aunque las bodas están rodeadas de miles de detalles, para que se lleven a cabo simplemente se necesita una sola cosa, la más importante, los novios.

Y una boda solo de dos puede resultar ser la más idílica y romántica del mundo, solo la pareja demostrándose el amor el uno al otro.

Y que decir del tema organizativo, en este caso es mucho más fácil y se necesita mucho menos tiempo, al no haber invitados la pareja se puede olvidar de la mayoría de los preparativos, olvidar el estrés y disfrutar el momento, sin ninguna preocupación añadida.

Y por supuesto tampoco nos olvidamos del tema económico ya que en este tipo de bodas se necesita un presupuesto mucho menor que para una boda digamos clásica o convencional.

No hay porque prescindir de nada, un bonito escenario, trajes, alianzas, banquete, decoración, fotografía, viaje…., al ser una boda íntima se pueden elegir y cuidar al máximo los detalles y potenciar aquellas características que más les apetezca o les haga ilusión a los novios.

Para la celebración se puede elegir cualquier marco y situación:

– Algo rápido e informal, acudir al ayuntamiento o juzgado y formalizar la unión.

– O buscar algo más exclusivo en algún lugar paradisíaco.

– Aprovechar alguna escapada romántica en algún lugar cercano.

– En algún sitio con un significado especial para la pareja.

– O celebrar una boda improvisada, de pronto, sin pensarlo, donde sea y como sea.

Aunque no son las más comunes, las bodas solo de dos son especiales, mágicas, distintas, únicas, sencillas y cargadas de una gran emotividad y emoción.

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