Hoy en día es ya una tradición que en algunos puentes muy conocidos y emblemáticos las parejas enganchen un candado con sus nombres, iniciales, una fecha, un dibujo o con lo que ellos consideren que es algo especial o una señal de su amor.

Son conocidos como los “candados del amor”, y para que la pareja selle definitivamente su amor y que este dure para siempre hay que tirar la llave al río para que el candado ya nunca se pueda abrir.

De distintas formas, tamaños, colores…, se han convertido en una autentica atracción para todos los enamorados que quieran dejar constancia de que su amor es eterno.

Se dice que todo comenzó en el puente Milvio en Roma, donde los enamorados comenzaron a poner candados en las farolas, y rápidamente se extendió a otras ciudades como París.

También se dice que esta tradición alcanzó su gran fama por la novela Tengo ganas de ti, publicada en 2006 por Federico Moccia, donde los protagonistas colocan un candado en una farola del puente Milvio de Roma y después tiran su llave al río Tiber como demostración de que su amor es para siempre.

También puede ser una bonita manera de sellar el amor de una forma original después de una boda.

Aunque cada vez son más los puentes que cuentan con candados de esta curiosa costumbre, los más destacados son:

• El Ponte Vecchio de Florencia (Italia)

• El Puente de las Artes de París (Francia)

• Puente Milvio en Roma (Italia)

• Puente de Rialto Venecia (Italia)

• Puente de Brooklyn en Nueva York (EE.UU.)

• Puente de Lübeck (Alemania)

• Puente Mecsek en Pécs (Hungría)

• Puente Hohenzollern en Colonia (Alemania)

• Puente Luzhkov en Moscú (Rusia)

• Monte Huang en Huangshan (China)

• Puente de Malá Strana en Praga (Republica Checa)

En España poco a poco algunos de los puentes más conocidos también se han ido llenando de los famosos candados del amor:

• Puente de Isabel II en Sevilla

• Puente de Santiago de Zaragoza

• Puente de San Pablo en Cuenca

• En Madrid, en vez de en puentes los candados se situan en la reja que rodea la estatua de Felipe III situada en la Plaza Mayor.

Sea donde sea, el poner un candado en un puente se ha convertido en una costumbre romántica, en el mejor juramento o promesa de amor.