La figura de la dama de honor es algo que en las bodas en España todavía no se estila demasiado, más bien es en EE.UU y países como México donde tiene más relevancia.
La tradición de la dama de honor viene de muy antiguo, pero fue en la Edad Media cuando esta figura cobró más fuerza y relevancia.
Con normalidad las elegidas para desempeñar este papel suelen ser familiares muy directas de la novia (hermanas, primas) y amigas íntimas, y para ellas suele suponer un honor que las hayan elegido y que las consideren alguien tan especial para desempeñar este papel tan importante.
La tradición también dice que deben tener una edad aproximada a la novia, ser solteras y como máximo pueden llegar a ser 8.
Lo más frecuente es que todas vayan vestidas iguales, con el mismo diseño elegido por consenso entre la novia y las damas, o sino, si deciden ir con modelos diferentes, estos deben tener cierta armonía como mínimo en los colores o tonalidades.
La misión principal de las damas de honor es la de acompañar a la novia al altar el día de la boda y estar pendientes de los detalles, ayudándola a que todo salga perfecto y dándola apoyo en todo lo que necesite.
Suelen esperar a ésta en la puerta de la iglesia y entrar detrás de ella, acompañándola y si hace falta, colocandola la cola del vestido o del velo.
Posteriormente se situarán en un lugar preferente en la ceremonia en el lado destinado a los invitados de la novia.
Incluso antes de la boda las damas de honor ya suelen tener un papel importante y destacado, ya que sirven de gran ayuda a la novia con los preparativos de la boda, sobre todo los que tienen que ver con su look como la elección del vestido, del ramo, peinado o complementos.
Juegan un papel importante y de máxima confianza, un apoyo incondicional para que todo salga bien en el día más importante para una novia, el día de su boda.